Señora de Belén.
Señora de la noche y de la mañana.
Señora de los campos que despiertan
porque Jesús ha nacido en la comarca.
Señora de los que peregrinan, como Tú,
sin hallar tampoco una posada.
Enséñanos a ser pobres y pequeños.
A no tener ambición por nada.
A desprendernos y entregarnos.
A ser los mensajeros de la Paz y la Esperanza.
Que esta Noche la luz que tu nos diste
sea el comienzo de una claridad que no se acaba.
Que el Amor sustituya a la violencia.
Que haya justicia entre los hombres y los pueblos.
Que en la Verdad , la Justicia y el Amor
se haga la verdadera Paz cristiana.
Que esta Noche Jesús nazca en nosotros
y podamos decirles a los hombres,
que viven inseguros y sin esperanzas:
“No temáis.
Os traemos la Buena Noticia ,
la gran alegría para todo el pueblo:
Hoy, en la Ciudad de David,
les ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor”.
Eduardo Pironio